La injusticia y la desigualdad no salen de vacaciones

Mientras todos anda "extasiado" en Antofagasta  por los suculentos bonos que se han ganado los mineros en la región y en como poder obtener una tajada de esa torta, bueno más desigual se vuelve nuestro sistema económico local.   A que me refiero con ésto, si bien es una buena inyección de recursos para nuestra economía, éstos no quedan del todo en la región, ya que un gran número del capital humano que labora en las faenas que se vieron beneficiadas con estas lucas son de afuera de la 2da región.

Es en este detalle donde nos volvemos desiguales, ya que el mercado se ajusta a esta bonanza minera dejando brechas enormes entre los que son mineros y los que no.  Esa desigualdad hace que aquel que haciendo maravillas con el sueldo mínimo por el alto costo de vida, ahora tenga que hacer esfuerzos sobre humanos casi para poder hacer que ese miserable ingreso les "cunda", marginandolos del sistema donde acceder a salud, educación de calidad, etc se hace más dificil...ah!  y obvio a ojos de los levantados de raja de hoy, sean vistos como "pobretones" o no apto a sus círculos de nuevo estrato social...

La injusticia está en que desgraciadamente  por un 30% de la población (aproximadamente) la vida se nos ha hecho mucho más cara, más aún para las familias de bajos ingresos que ven como el sistema los margina más, uno por no tener poder adquisitivo (lo cual es una pelotudes) y dos porque  ahora te miran por lo que tienes más que por lo que eres como persona, por lo cual no miran o miramos a las personas como son sino, por lo que son o tienen...otra pelotudes. 

Es por esto que digo que la Injusticia y la desigualdad no salen de vacaciones, ya que esto siempre va a estar ahí presente en la ciudad, en nuestras realidades, en nuestra cotidianidad.  Muchos parten de vacaciones arrancando en parte de esta ciudad impersonal y para darse un relajo disfrutando de sus lujos, pero mientras está lejos, acá en la ciudad esta situación se sigue dando, los campamentos, los marginados, la injusticia y desigualdad siguen aquí y en la quebrada del  ají